Jugando en multiplayer ya cambia la cosa, porque uno puede concentrarse en invocar mientras el resto lo protege, en single es que apesta por el simple hecho de que la IA de tus compañeros es estúpida y no te protegen xDAunque hay a quienes les gusta usar a los magos cuando se trata de jugar los Tales en multiplayer (siendo un buen ejemplo un primo mío que se la pasaba usando a Jade cuando jugabamos Abyss, mientras que yo controlaba a Luke o a Guy). Sin embargo, no creo que sea la mejor de las ideas cuando se trata de jugar a solas.
Obviamente me refiero a controlarlos, como personajes de apoyo son imprescindibles, tanto para atacar como para sanar.Para controlarlos, si.
Como personajes de soporte, para nada.
Jade quiere unas palabras contigo...
Yo los hechiceros no me gusta usarlos, pero sí procuro colocar atajos en el control para ordenarles realizar hechizos sin tener que pausar la pelea para entrar en el menú, particularmente tenía configurados recuperar hp y curar estados con Estelle; un hechizos de amplio alcance con Rita y robar con Repede.
Juro que le dí dos vueltas al menú completo y nunca vi la opción de button configuration hasta ayer, epic fail is epic.FAIL. Fue lo primero que busque al comenzar el juego xDDD.
Ni pedimos direcciones a nadie, ni siquiera a google maps.Los machos jugamos diréctamente sin leer manuales de google.
Estelle es imprescindible (al igual que cualquier sanador en todos los Tales), lo que es una putada es queDefinitivamente Yuri es el mejor personaje para usar, aunque recuerdo que me gustaba mucho alternar personajes en un mismo combate y casi siempre terminaba usandolos a todos. Recuerdo que Judith también me gustaba para controlar y Rita, cerca del final, aprendió un par de hechizos devastadores que eran muy útiles. Y los que menos me gustaban para controlar eran Repede y Raven.
Mi equipo favorito era Yuri, Estelle, Judith y Rita (o Karol para combates más simples). Con Yuri y Judith usaba ataques físicos y combos, a Rita la ponia a realizar hechizos y el rol de Estelle era cubrir y curar a los otros. Esa era básicamente mi estrategia.