Hasta que uno de tus colegas te comenta la opción de irnos a casa y echarnos un vicio al Ragnarok, y asi acabo sucediendo después de 15 minutos corriendo hacia tu casa sin parar y berreando.

A las 6 de la mañana con la pantalla del ordenador delante tuya jugando al Ro.
Y a las 10 que te levante tu madre para preguntarte por todo el barro que hay en la silla del ordenador y en el teclado
